Efímeras muy efímeras

En la entrada anterior, hacíamos referencia a Ephemeroptera a propósito de la observación de unas ninfas en el arroyo próximo a nuestra casa.



Tras realzar algunas capturas, hemos procedido a monitorizar su proceso de transformación en el sujeto adulto. En el primer día murieron casi todos los ejemplares quedando sólo cuatro.



Tras prepararles una instalación más adecuada, proceder a cambiarles todos los días el agua y alimentarles con manzana y algunas hojas de zarza, los supervivientes procedieron a realzar alguna muda.



Nuestra sorpresa en los dos últimos días ha sido encontrarnos los ejemplares transformados en subimagos ahogados en su habitáculo.



Las efímeras completan su última muda como ninfa fuera del agua, transformándose en un ejemplar alado que no es todavía el adulto (imago), de ahí la denominación de subimago.



El subimago debe volar alejándose del agua para realizar una última muda que le transformará en la efímera efímera.
Nuestros ejemplares no pudieron volar alejándose del agua en donde cayeron y se ahogaron. Es curioso que una especie que pasa la mayor parte de su ciclo vital en el agua, perezca en ese mismo medio cuando está a punto de completar su metamorfosis.
A la espera de una completa identificación con las claves que nos han suministrado, a priori, nos inclinamos por pensar que se trata de Siphlonurus lacustris (Eaton, 1870).
Lo dicho efímeras muy efímeras.

Efemerópteros

Ephemeroptera constituye el orden de insectos alados más antiguo que existe con más de 3000 especies de lo que conocemos vulgarmente como efímeras.



De vida adulta muy corta (de ahí su nombre de efímeras), son insectos muy frágiles y delicados, con alas membranosas que no pueden plegarse sobre el abdomen; presentan dos o tres "colas" (cercos) al final del abdomen.
Los efemerópteros son los únicos insectos que mudan después de haber alcanzado la fase adulta; la ninfa acuática realiza su metamorfosis sobre el agua, y de ella surge un subimago inmaduro que vuela hasta un lugar seco donde, al cabo de una horas, vuelve a mudar convirtiéndose en un insecto maduro.



Las ninfas son enteramente acuáticas y viven en los cursos de agua, cuya presencia en los mismos representa un buen indicador de que se trata de aguas no contaminadas. El desarrollo ninfal es mucho más largo que la vida del adulto, en torno a un año o incluso más. Se alimentan fundamentalmente de materia en descomposición.



Respiran mediante branquias traqueales en forma de láminas situadas en los lados del abdomen que mueven continuamente para favorecer que el oxígeno se difunda a su través desde el agua. Durante la fase de ninfa experimentan un buen número de mudas.



La ninfa de la foto nos la ha identificado Manuel Toro, del CEDEX, como un integrante de la familia Siphlonuridae (Ulmer, 1920), género Siphlonurus (Eaton, 1868), para el cual se han descrito ocho especies en España:
-Siphlonurus aestivalis (Eaton, 1903)
-Siphlonurus alternatus (Say, 1824)
-Siphlonurus flavidus (Pictet, 1865)
-Siphlonurus hispanicus (Demoulin, 1958)
-Siphlonurus ireneae (Alba-Tercedor, 1990)
-Siphlonurus lacustris (Eaton, 1870)
-Siphlonurus lusoensis (Puthz, 1977)
-Siphlonurus montanus (Studemann, 1992)
Para determinar la especie exacta harían falta observaciones más precisas que las que nosotros podemos permitirnos.
En cualquier caso, ¡gracias Manuel!

Chinche de la fresa

Si hace poco más o menos un año, Graphosoma lineatum era el protagonista de una entrada sobre chinches promiscuas, este año, otro tipo de chinche escudo de la familia Pentatomidae, no se queda a la zaga: Dolycoris baccarum o chinche de la fresa.



Esta vez no hemos procedido a monitorizar sus encuentros sexuales. Nos hemos limitado a observar los abundantes ejemplares que se encontraban presentes y tratar de fotografialos. A diferencia de Graphosoma lineatum, Dolycoris baccarum parece mostrarse más púdica buscando cierta intimidad que dificulta la sesión fotográfica.



Con la primavera, una eclosión de vida se ha producido y los insectos tienen que aprovechar sus habituales cortos ciclos vitales para perpetuar sus respectivas especies.

Entomofilatelia

Durante las Navidades de 2007, ante la ausencia de eventos entomológicos para ilustrarlos en el Blog, nos encontrábamos preparando una entrada sobre insectos en los sellos de correos. Una observación casual aparcó el proyecto. No obstante, con posterioridad, nuestras habituales visitas a Entomologia.net nos ha permitido conocer una extraordinaria página web, en francés, sobre los insectos en la filatelia. Posteriores indagaciones nos llevaron a la Entomofilatelia, término atribuido a Hamel (1990) y, según el cual, sería el arte de coleccionar aquellos sellos de correos en los que se encuentran impresas imágenes de insectos. Hamel, un año después, publicó Atlas of Insects on Stamps of the World.



Este atlas es referencia obligada de posteriores artículos que se han escrito sobre el tema, como por ejemplo, Entomofilatelia en México: un tributo a la amistad de los insectos (Marilyn Mendoza Ramírez, Iliana Pacheco Rueda, Mariza Araceli Sarmiento Cordero y Martín Leonel Zurita García), publicado en Boletín Sociedad Entomológica Aragonesa, 2006; 38:443−449.





Según Hamel, el primer sello de correos que representa a un insecto con una pequeña colmena de abeja de la miel fue emitida por Nicaragua en 1891. Para 1990 más de 300 países habían emitido cerca de 5000 sellos de correos con más de 1700 tipos de insectos y otros artrópodos. Sólo 15 órdenes de insectos se han plasmado en las diferentes emisiones de sellos de correos.





Tenemos algunos sellos de correos en los que aparecen insectos en los mismos. Como es de suponer y de acuerdo con Hamel, los lepidópteros son los insectos más frecuentemente representados en la filatelia mundial.




Incluso en la filatelia española.



Pero uno de los que más nos gusta es esta serie de Cuba de 1971 dedicada a la apicultura.




Uno de los sellos ilustra el ciclo biológico de la apis mellifera.

La filatelia, o afición por coleccionar sellos, timbres o estampillas postales, es una actividad que para muchos puede reducirse a un afán improductivo cuyo fin por reunir timbres es semejante al de quien colecciona llaveros, cajetillas de cigarro, botellas de refrescos, servilletas, postales, etc. Sin embargo las estampillas son ventanas abiertas a la historia de personajes interesantes y de anécdotas insólitas. Son verdaderos vehículos de cultura porque, a pesar de su humilde apariencia, saben ofrecer a quienes saben buscar increíbles crónicas y curiosidades que enriquecen nuestro conocimiento. Además de que estimulan y desplazan nuestro interés hacia diversos aspectos de las actividades humanas.
Entre los diversos temas que han sido utilizados en la impresión de estampillas postales, existen aquellos que abordan aspectos importantes de diferentes disciplinas científicas: física, química, matemáticas y biología, entre otras. En el ámbito biológico, la entomología es una disciplina que tiene por objeto conocer los diferentes aspectos de la biología de los insectos, por ejemplo, su importancia económica, ecología, fisiología, comportamiento, taxonomía, etc. Sin embargo la persona que colecciona estampillas postales no necesariamente necesita ser entomólogo en el sentido de que su motivación puede no estar basada en el estudio científico y sistemático, sino en un criterio puramente estético. (Marilyn Mendoza Ramírez, Iliana Pacheco Rueda, Mariza Araceli Sarmiento Cordero y Martín Leonel Zurita García, Entomofilatelia en México: un tributo a la amistad de los insectos, Boletín Sociedad Entomológica Aragonesa, 2006; 38:443−449).