09 noviembre 2013

Eurycantha Jones y el templo maldito

Hace unos días pusieron en televisión la película Indiana Jones y el templo maldito (Indiana Jones and the Temple of Doom, Steven Spielberg, 1984). Estaba empezada, pero el ritmo tan trepidante de la acción de esta segunda versión de las aventuras de Indiana Jones, acabó provocando el razonable enganche a la película. En un momento dado, y pese a haberla visto en varias ocasiones, me llamó la atención un par de protagonistas secundarios inesperados. Indiana y Tapón han descubierto un pasadizo desde la habitación de Willie y se lanzan a la aventura de la exploración. Cuando iluminan el suelo sobre el que avanzan, además de una genuina ensalada de presumibles cucarachas, aparece sobre la pernera del pantalón de Tapón un inconfundible fásmido: Eurycantha calcarata, macho.



Vale que la captura de la pantalla no permite una identificación minuciosa del género y especie, pero es más que probable que se tratase de un pariente de mi Eurycantha Jones. ¿Por qué tanta seguridad? De las diferentes especies de fásmidos criados en cautividad, es lógico pensar que para el rodaje recurriesen a algún criador de artrópodos y a alguna de las especies más habituales.


Ejemplar de Eurycantha calcarata criado en mi casa, macho, y rebautizado como Eurycantha Jones a raíz de la emisión de la película.
Además de un probable arlequín (coleóptero sudamericano, ¿Acrocinus longimanus?), aparece otro protagonista en la misma secuencia cuando Indiana Jones y Tapón se quedan atrapados en una cámara en la cual el techo empieza a descender de forma amenazadora.




Cuando Willie acude al rescate, se encuentra con la ensalada de bichos anterior. Al volver la mano, se encuentra sobre su palma de la mano un Extatosoma tiaratum, hembra.


Después se ven unos cuantos ejemplares más. Por lo mismo que lo anterior, es fácil suponer que se trate, con escasas dudas de Extatosoma Croft (un pequeño homenaje al personaje Lara Croft).



Pero, ¿por qué hembra? El macho de esta especie tiene alas y es de suponer que para rodar la escena sería más apropiado recurrir a bichos que fuera más complicado que pudieran descontrolarse en un momento.dado.
Lo curioso de todo esto es que me surgió la idea de crear una nueva disciplina científica: entomoinvestigador cinematográfico; pero mi gozo en un pozo. Una pequeña búsqueda por Internet me llevó a un trabajo publicado en el Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa en 2006: Los insectos en el cine. Un estudio preliminar (Ricardo Mariño Pérez y Cinthya Mendoza Almeralla).
Incluso hay festivales de cine dedicados a los insectos como el Insect Horror Film Festival que organiza la Iowa State University desde 1985, o el Insect Fear Film Festival que este año ha cumplido su 30ª edición.
En Europa tenemos el Festival Internacional de Cine de Insectos cuya última edición fue en 2007, que sepamos.


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