Otra disección
Esta vez le ha tocado el turno a una agalla bedeguar. Javi, el dueño de Melendi, nos ha proporcionado esta agalla que ha localizado cerca de su casa.
La agalla del rosal silvestre o agalla bedeguar, es inducida por el cinípedo Diplolepis rosae. Se trata de una agalla plurilocular que alberga diferentes cámaras con sus respectivas larvas. Queríamos comprobar esta descripción tomada de la Guía de los insectos de Europa (Michael Chinery, Ediciones Omega), y para ello, bisturí en mano, procedimos a practicar un corte longitudinal de la agalla.
Bajo el aspecto confortablemente peludo del exterior, se encuentra la agalla propiamente dicha de una consistencia leñosa realmente dura. En seguida dimos con una diminuta larva blanquecina de escasamente 3 milímetros en el interior de una de las cavidades.
Hasta nueve larvas identificamos en el interior de la agalla, cuatro de ellas en oquedades muy próximas pero independientes entre sí.
Enfrascados en la disección, no nos quedó claro de donde salió el ejemplar de la foto siguiente que, indudablemente, se trata de una avispa de las agallas, un cinípedo.
¿Se trata de la especie inductora de la agalla bedeguar, Diplolepis rosae? Parece lógico pensar que si nos encontrábamos disecando este tipo de agalla, la aparición en escena de un ejemplar adulto de un cinípedo debe conducirnos a extraer esa conclusión. Pero, ¿por qué si todos los demás ejemplares se encontraban en fase de larva, aparece este imago único y ninguna pupa? Si la hembra que puso los huevos en el rosal los puso todos a la vez, ¿cómo explicar ese desfase en el ciclo de estos ejemplares? Una explicación, para mí más creíble, es que se tratase de un cinípedo buscando la oportunidad de parasitar, a su vez, a la propia agalla.
Etiquetas: agalla, avispa de las agallas, cinípedo, Diplolepis rosae, imago, larva, parasitoide
1 Comments:
nunca en mi vida he visto una agalla... al menos en la vida real, en libros y fotos sí
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