El trajín de los huevos

Las Carausius morosus llevan un tiempo poniendo una ingente cantidad de huevos partenogenéticos, esto es, sin necesidad de macho. La verdad es que no daba a vasto separando los huevos de las heces, similares en tamaño la mayoría de las veces. Por ello se me ocurrió una idea: probablemente la densidad de las heces y de los huevos no sea la misma, por lo que si vaciamos el habitáculo en un recipiente con agua posiblemente podamos separar unas de otros. Y así lo hicimos.



Efectivamente, hay diferencias en la densidad de los huevos y las heces; estas últimas flotan, mayormente, mientras que los huevos se depositan en el fondo, lo que facilita la tarea de recolectar huevos cuando se trata de importantes cantidades. No obstante, y durante el proceso de separación, he hecho una nueva observación: algunos huevos flotan.



Coincidiendo con que una de las Carausius morosus, con motivo de una malformación llamativa, se encontraba separada de las demás, y suponiendo que los huevos que flotan presumiblemente no son fértiles, esto es, no son viables, he procedido a separar los huevos de este ejemplar por ese método. Me ha llamado la atención que el porcentaje de huevos que flotaban del ejemplar portador de la malformación, era considerablemente mayor que el de los otros insectos palo. Obviamente, todos se encuentran convenientemente separados y etiquetados: si flotan o no flotan, si proceden del ejemplar con la malformación o no. Lo que ocurra dentro de unos meses os lo contaré.