08 noviembre 2009

Necrohistoria de amor

Hace poco leíamos la noticia de un artículo científico publicado en la revista Nature, según el cual el apareamiento, en la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), no se desencadena por acción de las feromonas. En este trabajo, un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto, utilizó un gen que, al insertarlo artificialmente en el genoma de la mosca, provoca que la mosca no produzca feromonas que, supuestamente, son las responsables de la atracción sexual intraespecífica. Así, fueron capaces de analizar el comportamiento de estos insectos una vez que dejaban de generar esas sustancias. Sorprendentemente, "los resultados nos mostraron que las moscas macho se sentían más atraídas por las hembras cuyas células habían muerto o incluso escogían a las de su mismo género, antes que a las hembras sin tratar", es decir, la ausencia de feromonas provocaba un auténtico aquelarre, o como titulaba la noticia un diario las moscas sin feromonas son "sexualmente irresistibles".
Bien, hoy hemos hecho una observación curiosa e igualmente sorprendente hasta donde sabemos. Anoche, antes de irnos a la cama, reparamos en el cadáver de una mosca en la pared. Era muy tarde y allí se quedó. Hoy, al ir a quitar los restos del insecto muerto, hemos comprobado que otra mosca estaba copulando con el cadáver. En un primer momento, hemos dudado de que estuviese realmente muerto; pero tras sacar unas fotos rápidas (no muy logradas por cierto) hemos procedido a espantar al necrófilo y a comprobar que la otra mosca estuviese realmente muerta. Muerta y bien muerta; e insistente el necrófilo en su tarea al volver siempre a la misma perversión cada vez que era espantado. De alguna manera, nuestra observación es consecuente con el artículo publicado en Nature y, hasta donde nosotros sabemos, no hemos encontrado referencia alguna a este tipo de comportamiento, un acto de necrofilia en la mosca doméstica (Musca domestica). El animal muerto habría dejado de producir feromonas y, por tanto, ser "sexualmente irresistible". Ahora bien, el animal vivo no se encontraba manipulado genéticamente como las moscas del vinagre del artículo científico de referencia.
Os dejamos con la serie fotográfica de esta Necrohistoria de amor, clara referencia a la canción del mismo título de El Chivi.





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