Lampyris noctiluca

Si hace un mes publicábamos una entrada sobre las luciérnagas que vuelven a dejarse ver durante las noches veraniegas, recientemente, por casualidad, hemos tenido ocasión de observar como es el macho de Lampyris noctiluca. Las luciérnagas son coleópteros de la familia Lampyridae, cuyas hembras, ápteras, parecidas a una larva, emiten una luz verdosa en su parte posterior del abdomen durante la noche para atraer al macho (luminiscencia).



Hace unos días, un bichito en el alféizar de la ventana, llamó nuestra atención. Era de día y, lo que menos podíamos imaginarnos, es que se tratase de una luciérnaga pero con alas, es decir, un macho.



Con aspecto un tanto deteriorado, este ejemplar de Lampyris noctiluca no sabemos si durante la noche anterior consiguió cumplir su propósito de aparearse o bien acabó en mi ventana desorientado por la contaminación lumínica.

No pudo ser

Nuestro safari por tierras de Tanzania ha sido de todo menos entomológico. Teníamos la esperanza de ver un buen número de insectos y, sobre todo, encontrar y fotografiar moscas del género Glossina, las famosas moscas tse-tsé, las transmisoras de la enfermedad del sueño. No ha podido ser; pese a encontrar alguna mosca tse-tsé, nunca tuvimos el tiempo necesario para fotografiarla debido a la rapidez y destreza de nuestro guía por aniquilarlas. No había manera de hacerle entender que esperara a que la fotografiásemos. El problema en los Parques Nacionales, donde abundan estos dípteros, es que no te puedes bajar del vehículo en el que vas. De esta forma, tampoco puedes apreciar la gran cantidad de coleópteros coprófagos que sin duda existen debido a la gran abundancia de heces de los innumerables herbívoros.



Sólo en las áreas de picnic pude realizar estas fotos que no corresponden a moscas tse-tsé.



Las Glossina pliegan sus alas completamente cuando están en reposo de tal modo que una descansa directamente sobre la otra; además tienen una larga probóscide que se extiende directamente hacia delante. Todas las zonas donde se permite la deambulación humana (hoteles, entradas a los Parques, zonas de picnic) están llenas de trampas impregnadas de insecticida para las moscas tse-tsé.





De picadura dolorosa, no son tan temibles como se piensa. Para los locales, se tiene la creencia de que hacen falta muchas picaduras para contraer la enfermedad del sueño. No es cierto. Lo que ocurre es que las Glossina de los Parques Nacionales transmiten la nagana (en lengua zulú: espíritu deprimido), tripanosomiasis animal producida por el parásito Trypanosoma brucei brucei, al cual el ser humano tiene una resistencia natural. Es probable que resulten más peligrosas las Glossina de los límites de los Parques donde comienzan los asentamientos humanos. Aquí la variedad de tripanosomiasis humana podría coexistir con la nagana.

El caso es que no pudo ser y nuestro safari entomológico se vio reducido a este ejemplar de lepidóptero fotografiado en Tarangire...



... y este himenóptero de poderosas mandíbulas y vistosa porción distal del abdomen de Ngorongoro y que no sabemos lo que es.

El álbum de fotos de Phil

Con motivo de que vamos a estar ausentes unas semanas debido a una excursión por África (esperemos que también entomológica), os dejo con una fotos del espécimen que más admiración causa de los que tenemos en casa: Phyllium siccifolium, una de las especies de insecto hoja existentes. Se trata del mismo ejemplar en todas las fotos, bautizado (una costumbre familiar que tenemos) con el nombre de Phil Collins y que acaba de cumplir hace unos días los siete meses.



(Phil en su primer día de vida)



Con tan sólo una semana, el aspecto de Phil cambia de forma notable, aunque no empieza a parecerse a una hoja hasta la primera muda.



(Phil con mes y medio de vida)



(Phil a los tres meses)



(Phil con cuatro meses)



(Phil a los cinco meses)



Una semana antes de cumplir los seis meses, Phil tenía el aspecto y el tamaño que podéis comprobar en la foto. Hasta entonces, no habíamos podido constatar ninguna muda que, recientemente, se ha producido. A día de hoy, Phil se ha convertido en una adulta con algo más de siete meses en la que unas diminutas e inútiles alas adornan su dorso.