17 agosto 2018

Doble parasitismo

Si hace dos años vivimos ya una película de terror con la parasitación de las orugas de P. machaon por un díptero de la familia Tachinidae, posiblemente Buquetia muscaCompsilura concinnata, o bien cualquier otro pérfido primo, este año ha hecho aparición un nuevo parasitoide, esta vez un himenóptero. Los parasitoides son insectos cuyas larvas se alimentan de otros artrópodos con el resultado final de la muerte del huésped al final del ciclo larval de dicho parasitoide. Se conocen alrededor de 68000 especies aunque se estima que debe haber muchísimas más. La mayor parte de parasitoides son avispas.


La aparición de los primeros huevos de mariposa macaón en la ruda hacían presagiar buenas perspectivas. Ahora bien, si como hemos leído en alguna fuente: "El resultado neto es que los huevos puestos por una sola mariposa, promediados a lo largo de varios años, resultarán en sólo unos 4 adultos por generación. Hasta la mitad de las mariposas adultas morirán antes de aparearse o de que puedan poner huevos. Por lo tanto, a pesar de la capacidad de producir unos 500 huevos y el potencial de 500 mariposas, sólo 2 mariposas resultarán de cada nidada de huevos. Con suerte, uno de ellos será macho y el otro hembra, y se producirá otro lote de huevos".
Esto significa que P. machaon, como cualquier otra mariposa, está sometida a una gran presión. Para empezar, de la primera puesta, sobre un total de 14 oruguillas identificadas, todas desaparecieron de la planta en un intervalo escaso de 24 horas. Probablemente fueron depredadas por avispas. Para la segunda oleada de huevos, tomamos la inmediata precaución de aislarlos en lo que llamamos una guardería: un contenedor de plástico cerrado en la tapa con tela metálica. Ocho oruguitas se desarrollaron a ritmo frenético hasta que por su tamaño hubo que preparar un mariposario en condiciones con abundante sustento de ruda.


El resultado para las plantas de ruda fue el que se puede apreciar en la foto.
Cuando todo parecía ir sobre ruedas y las orugas empezaron a empupar, un nuevo protagonista apareció en escena.


Sobre una de las pupas apareció un bichito que, tras su aislamiento, quedaba bastante claro que resultaba una avispa parasitoide (superfamilia Chalcidoidea) de escasamente 3 mm.



No soy experto en la materia, además de seguir ahorrando para un objetivo macro, pero no sería de extrañar que se tratase de Pteromalus puparum.


A simple vista parecía bastante claro que la pupa de la derecha se encontraba infectada.
Aislada, nuestra sorpresa se produjo cuando días después emergió una larva conocida para nosotros  que rápidamente empupó.


Los restos de la pupa de macaón quedaron abandonados en un tupper y la pupa del presumible díptero aislada en una placa de Petri.
Mientras de las pupas salían alguna que otra mariposa (4 de 8), de la pupa de la izquierda en la foto anterior, aparentemente sana, cerca de un centenar de avispillas hicieron su aparición saliendo por un agujero realizado desde el interior de la pupa.
Pero nuestra sorpresa fue aún mayor cuando comprobamos que de la pupa parasitada por el díptero, una semana después, empezaron a salir hasta una treintena de avispas parasitoides.


Días después, surgió de su pupa el taquínido aislado


Es sin duda alguna un caso de multiparasitismo: diferentes huevos son puestos en el hospedador por especies diferentes capaces de desarrollarse hasta la fase de adulto. Como el ciclo del taquínido (bien sea Buquetia o Compsilura) es el de un parasitoide Cenobionte, esto es, el huevo es depositado en fase de larva sin matarlo, ello permite a la avispa parasitoide cumplir su ciclo Idiobionte cuando la oruga de macaón entra en la última fase de muda para empupar. Se consideran parasitoides idiobiontes aquellos que son parasitoides de huevos, pupas y adultos. Ambos parasitoides conviven tranquilamente en el interior del huésped sin afectarse el uno al otro.
¡Curiosa la Naturaleza! Ya solo falta por unirse a la fiesta el icneumónido Trogus lapidator.

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