22 abril 2012

Un nuevo intento

Los fallidos intentos por sacar adelante los huevos de Phyllium giganteum, del hermoso ejemplar de Manolo, el de los huevos, así como el trágico final de Phil (Phyllium siccifolium, erróneamente ya que hoy en día sabemos que se trata de Phyllium philippinicum), nos hicieron desistir hace tiempo por intentar criar estos delicados insectos hoja. Pero no hemos podido resistirnos al ofrecimiento de unas ninfas de Phyllium westwoodii (Wood-Mason, 1875). Y en ello estamos. De muy lento crecimiento, se balancean como hojas para mimetizarse con ellas cuando soplamos suavemente o les pulverizamos un poco de agua.


Esta vez nos hemos abstenido de ponerles nombre por lo que pueda pasar.

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08 abril 2012

Ahora Extatosoma

Extatosoma tiaratum es un fásmido curioso por lo que hemos leído en la literatura. La curiosidad que nos despertó nos ha llevado a intentar criarlos en casa. El primer paso fue obtener huevos de estos fásmidos australianos dotados de un llamativo capítulo, que es como se denomina la tapa que presentan la mayoría de los huevos de los insectos palo.



Tras unos cuantos meses de larga espera, una ninfa de primer instar apareció correteando por el habitáculo de los Phyllium westwoodii donde habían sido depositados los huevos. Esa ninfa es tal y como se suele describir en la literatura: muy rápida, inquieta y dotada de un curioso aposematismo, técnica de camuflaje consistente en imitar a una especie distinta de aspecto más peligroso. En el caso de Extatosoma, el de una hormiga araña muy agresiva australiana: Leptomyrmex erytrocephalus.



Cabeza y patas de color rojo realmente le asemejan a esa especie de hormiga australiana.



En la naturaleza, parece ser que los huevos puestos por la hembra de Extatosoma, son recogidos por esta especie de hormiga que los incuba en su hormiguero a cambio de una sustancia que desprende el huevo y que es apreciada por las hormigas. Pero la coloración aposemática del insecto no tendría especial sentido bajo tierra, donde, privado de luz, los colores pasarían desapercibidos para los ejemplares de hormiga de donde la ninfa de Extatosoma debe salir "por patas" lo antes posible.
Al cabo de una semana, la ninfa pierde la coloración y su habitual inquietud anterior, dando paso a una ninfa de color marrón-gris claro y bastante inmóvil.



Estamos tratando de indagar en la literatura científica las posibles explicaciones de este curioso caso de aposematismo que presenta Extatosoma tiaratum, el insecto palo gigante espinoso australiano.

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