No sé por qué

No sé por qué me hago un auténtico lío entre dos especies de mariposas neotropicales de América: Morpho peleides y Caligo memnon. De la misma familia, Nymphalidae, pertenecen a géneros distintos y de hecho son perfectamente distinguibles, pero mi cerebro no consigue asociar los nombres a los diferentes dibujos de sus alas.
Morpho peleides, conocida como Morpho Azul, tiene unos llamativos ocelos en sus alas recogidas y un color azulado metálico en estas cuando están extendidas.





En cambio, Caligo memnon, una de las denominadas Mariposas Búho, presenta un gran ocelo en la parte posterior de sus alas.



Incluso las larvas son fácilmente distinguibles si uno se fija un poco. Pero lo cierto es que he tenido que tirar de chuleta para identificar a esta Morpho peleides posada en el hombro de mi mujer en el mariposario de Benalmádena.



Tal es así que he tenido que recurrir a confeccionar un esquema para distinguirlas y confiar que, con el tiempo, se acaben grabando juntos en mi cerebro nombre e imagen correspondiente.

Los Peruphasmitos

De la misma forma que nos alegramos ante la sorpresa inesperada que supuso, hace algún tiempo, del descubrimiento del Eurycanthito que ha dado lugar a una progenie importante, ayer, cuando no lo esperábamos en absoluto, descubrimos el nacimiento de los primeros Peruphasmitos.
Habíamos hecho una escapada de fin de semana y, a la vuelta, dos agradables acontecimientos: la victoria de la selección española de baloncesto en la final del campeonato de Europa de Baloncesto; y la presencia de unos minúsculos y recién nacidos Peruphasma schulteii.



Cuatro diminutas ninfas nos anuncian que nuestra hembra de Peruphasma schulteii cumplió con su obligación pese al plasta del jinete oscuro, del que ya hemos hablado anteriormente.



Trasladadas a su habitual jardín de infancia, estas ninfas serán mimadas como corresponde para su completo desarrollo.



Esperamos que nazcan más para asegurar nuevas generaciones, ya que es bastante presumible que, durante su desarrollo hasta llegar a la fase adulta, se produzcan inevitables bajas.

El Mariposario de Benalmádena

Inaugurado el 25 de marzo de este mismo año, el Mariposario de Benalmádena es, hoy por hoy, el más grande de Europa.



De los mismos dueños que el Mariposario del Drago de Icod de los Vinos (Tenerife), el de Benalmádena nos queda bastante más cerca y hemos tenido la oportunidad de visitarlo recientemente.



Miles de mariposas de diferentes especies sobrevuelan a sus anchas el recinto cuidadosamente mimado.



Estos mariposarios, o parques de mariposas, nos ofrecen la contemplación de bellas especies que no se dan en nuestro medio. Procedentes de hábitats tropicales o subtropicales de América, África o Australasia, tienen la ventaja de que se trata de especies que no realizan ningún parón invernal durante sus ciclos biológicos, de ahí que no figure ninguna especie europea.



La espléndida Attacus atlas es una de las protagonistas, por su enorme tamaño, al igual que lo es en el Mariposario del Drago.



Pero es la posibilidad de poder seguir todo el proceso de los ciclos biológicos de estas mariposas lo que realmente le da un extraordinario valor, desde la fase de huevo hasta las voraces larvas que para nada presagian la transformación tan bella que acabará teniendo lugar.



Bellos ejemplares sin duda de especies de mariposas diversas como esta Papilio memnon originaria del sur de Asia.